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Cuadros Reales





Esta temporada ocupando primera línea de pasarela en las colecciones de las firmas más consagradas, encontramos “cuadros”  por doquier en sus más variadas tipologías; escoceses, de pata de gallo, de ajedrez o al más puro estilo “british”,  el llamado “Cuadro príncipe de Gales”. Este último siempre ha resultado un clásico atemporal de origen masculino, si si, masculino, ya que durante los años 30, el entonces Príncipe de Gales, Eduardo VIII, (un sibarita del buen vivir y vestir), trasladó hasta París su genuino estilo, siendo fuente de inspiración para muchos creadores de moda en la capital francesa.


Vestía trajes realizados con tejidos típicamente ingleses, (cuadros imperceptibles de colores superpuestos, que adoptarían el mismo nombre que el título del príncipe), además de bautizar este tejido, puso de moda la raya en el pantalón, los zapatos de gamuza o el sombrero panamá. Este príncipe que renunció al trono por amor a Wallis Simpson era todo un It-boy en la época, aunque lo cierto, es que ella no se quedaba atrás. Siempre me ha causado una fascinación especial esta mujer, no era especialmente guapa (vale, sobra lo de “especialmente”), pero supo explorar/explotar a la perfección otras muchas cualidades que si poseía en pro del resto de las féminas que la rodeaban, destacando notablemente.
 

Wallis y Eduardo el día de su boda, 1937
 
A pesar de que Wallis era clienta incondicional de Schiaparelli, el vestido de su tercera boda con el que hubiera sido el Rey Eduardo VIII, fue diseñado en 1937 por el norteamericano Mainbocher. La duquesa de Windsor era su clienta más importante, por ello diseñó su vestido en "Azul Wallis", de un pálido color gris azulado, personalizado y creado específicamente para ella. Por desgracia, con el paso del tiempo se ha desvanecido de azul pálido a un rosado de color beige.

Taller Mainbocher





Bocher Rousseau nació en Chicago, después de servir en la Primera Guerra Mundial, decidió quedarse en Europa. Su carrera en la moda comenzó en 1922 cuando trabajaba como ilustrador para Harper´s Bazaar, editor de moda y finalmente  editor en jefe de la edición francesa de Vogue. En 1929, abrió su salón de alta costura de París y decidió combinar su nombre y apellido para convertirse en Mainbocher.



Mainbocher era conocido como un creador de vestidos discretos y sencillos, sin adornos pero muy elegante. Los vestidos de noche, eran una de sus especialidades, diseñados con talle alto, largos, de encaje o telas transparentes. También fue conocido por sus trajes de tweed, (si, antes que Chanel también había tweed) y el uso de corsés para realzar la silueta femenina, impulsando así el “New Look” de Fath y Dior.
Le gustaba el contraste de la formalidad de prendas de vestir con telas casual. Algunas de las telas que utiliza en su trabajo eran de camisas de hombre, toallas de lino, piqué de algodón y cuadros en colores pastel.

 Cerró su salón de París en 1939 y abrió en Nueva York en 1940. Durante ese tiempo, diseñó el vestuario de numerosas producciones teatrales de Broadway como “Un espíritu burlón”

En 1971, finalmente se retiró del negocio a la edad de 81 años.


Eccentric Chic

Elsa Schiaparelli
Siempre que entro en alguna tienda y veo entre los restos de la temporada de invierno 2010-2011, los jerseys de punto con dibujos de lazos, animales o similares, automáticamente se me viene a la cabeza el diseño icónico de Elsa Schiaparelli -un jersey negro con un lazo blanco alrededor del cuello-. Hoy que vemos estos diseños con la más absoluta normalidad, en 1927 supusieron toda una novedad en el género.

Jersey Zara Fall 2010 / Jersey Schiaparelli 1927
 Elsa Schiaparelli, Roma (1890-1973), creó ropa sencilla pero con elaborados y excéntricos detalles, dando lugar al arte de la ropa como tema central,  siendo unas de las primeras en vincular la moda con las bellas artes y por ello fue definida como "esa artista italiana que diseña ropa", el comentario en tono despectivo de la afilada lengua de Coco Chanel, hacia su máxima competidora en aquel momento, venia dado por la diferencia más que evidente de estilos, Chanel optaba por la austeridad, Schiaparelli se decantaba por prendas más llamativas. Yo que me sitúo en el lado más barroco de la moda, he de decir, que en esta disputa, hubiera optado por el original artificio de la Schiaparelli.

Wallis Simpson con un diseño de Schiaparelli, 1937

Elsa, dejó un legado del arte de combinar la elegancia con la inmaculada sastrería. No tenía miedo de ser imaginativa, ni reparos en utilizar tejido para colchón como una tela de alta costura junto con las nuevas telas fabricadas compuesto de rayón, nuevas configuraciones de celofán, y un tejido de fibra de vidrio llamado Phodophane que se utilizó para realizar sus túnicas de vidrio. 

Vestido largo 1948 y capa de noche Circus Collection, 1939
Sus creaciones fueron de las primeras en incluir el color fucsia o turquesa, solos o combinados,  en crear amplias líneas de baño y deporte para la mujer, incluyendo una especie de falda pantalón para poder jugar al tenis con comodidad.

Elsa Schiaparelli es la diseñadora del Surrealismo, y trabajó codo con codo con Salvador Dalí, Leonor Fini o Jean Cocteau; el artista de Cadaqués incluso diseñó para ella una enorme langosta que ella plasmaría en su célebre Lobster Dress, que lució Wallis Simpson.

Vestido Langosta, 1937
 Fue la primera modista en poner en “evidencia” las cremalleras de forma funcional como parte del diseño, creándose para ser vistas, aunque se teñían para que coincidieran con el tono de la tela. Profundizó en la comercialización, creó su propia línea de accesorios, adornos, bolsos, sombreros, joyas y perfumes. Su famoso perfume Shocking, se envasado en una botella con forma de maniquí de costura inspirará a futuros creadores como Jean Paul Gaultier. 

Perfume Shocking años 30, Jean Paul Gaultier años 90

Pero desafortunadamente, ha sido siempre la gran olvidada, su nombre apenas aparece en los medios cuando se hace refiere a los más grandes de la historia de la moda. Y es que Elsa Schiaparelli, fue una diseñadora atípica que ejerció una gran influencia sobre sus colegas coetáneos y posteriores. 


Una extraña perla cuya vida y obra merece ser conocida.