Biki Milán

1956, Milán.  María Callas y  Elvira Leonardi Bouyeure

Hace algún tiempo leyendo una publicación sobre la prima donna, o sea, María Callas, descubrí el nombre de Biki Milán (autora de los estilismos de la soprano), no había tenido nunca antes referencia alguna sobre esta señora, mi curiosidad se despertó y activé mi modo ON investigación, sacando toda la información relacionada que pude. Y de nuevo, días atrás he vuelto a recordar a Biki gracias a su mención en una publicación sobre divas rebeldes.

Elvira Leonardi Bouyeure (Milán, 1909 - Milán, 1999), más conocida en el mundo de la moda como Biki Milán, fue una de las mejores y más famosas diseñadoras italianas, durante los años cuarenta y sesenta. Biki fue, junto con  Marucelli Germana y Jole Veneziani, la reina costurera de estilo italiano naciente, lleno de  creatividad ayudada por Alain Raynaud.

Bocetos de Biki Milán década de los años 70
 
Su pseudónimo, que fué también la marca de su casa de moda, se le dió su abuelo, el famoso compositor Giacomo Puccini, por lo que desde niña estuvo más que bien relacionada. Leonardi Bouyeure,  es el apellido de su marido, Robert B.

Trabajó y vivió durante toda su carrera en el atelier de la vía Sant'Andrea en Milán, lugar de encuentro para muchas personalidades de la cultura italiana de la época.

1973, Hamburgo, Callas con un diseño de Biki

Es sus comienzos Biki, trabajaba para Vera Borea, en un estudio dedicado a la imitación de ropa interior francesa, sobre todo porque le régimen fascista requería la " autosuficiencia”, las importaciones y mismo uso  no podía exceder el 50% de la venta su marca, "Domino" creada por Gabriele D'Annunzio.

Pero Biki tenía ambiciones propias y comenzó su propio camino diseñando en solitario modelos de lujo, para grandes noches de gala, de las que formó parte en medida desde niña. Su primer show, tuvo lugar en Milán el 05 de mayo 1936 (el mismo día de la proclamación del Imperio por Benito Mussolini). Su casa, durante los años cincuenta y sesenta, contaba con la asistencia de grandes personalidades del mundo de la cultura, el entretenimiento y las finanzas, convirtiéndose en la costurera por excelencia de las grandes damas de Milán.

1968,  Milán.  María Callas y  Elvira Leonardi Bouyeure

Pero sin embargo, el gran salto al papel couché internacional no lo daría hasta 1951  cuando conoció a la Divina, María Callas, en la casa de Wally Toscanini. María, por aquel entonces era una muchacha que andaba sobradita de kilos, unos 90, con enormes gafas, poco agraciada y torpe en gestos. Biki, que sentía especial simpatía por ella, llegando a ser una gran amiga, la convirtió en su reto personal, su testimonio al mundo. Tras perder más de 30 kilos con severas dietas, María tomó como referencia a la chica del momento: Audrey Hepburn, mientras que Biki la enseñó a vestir adecuadamente. Creó colecciones exclusivas para la Callas, - ropa de baño para recorre el mediterráneo en el Christina con su amado Aristo,  vestidos para lujosas cenas en Maxim´s París o abrigos de chinchilla envueltos en seda verde-. La Callas, según la definía Biki, aprendía rápidamente, era una esponja, amaba a la coordinación: zapatos idénticos al bolso y poseía una gracia innata para revestirse con chales.

1957, Milán.  María Callas en el atelier de Biki Milán

En su "década de oro" Biki estuvo acompañada por su hijo Alain Reynaud (antiguo alumno de Jacques Fath), con colecciones de la firma en 1957. Las características más peculiares de su estilo eran las combinaciones de colores, la riqueza de tejidos y la inspiración en el siglo XVI.

Esta costurera (el término que Biki prefería, odiaba al diseñador), fue es una de las primeras en aliarse con la alta costura: entre 1960 y 1966 trabajando con el Grupo Financiero Textil-Biki con la creación de la línea de Cori.

Después de la 68, en la última fase de su carrera, el clima cultural había cambiado mucho, sus colecciones eran mucho más sobrias, apostando por tejidos el tweed, una novedad para época. Con los años, además de mantener su clientela leal, también estuvo activa como periodista.

Durante los últimos años,  trabajó con su hija Roberta, hasta que en 1999, con la muerte de su fundadora, la casa cerró.



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