A la hija de Kate le faltan dos deditos aquí |
El abuso del photoshop en los reportajes fotográficos de editoriales de moda no es ninguna novedad; rodillas interminables, cuellos de extraterrestre, perdida de dedos o cinturas propias de un reloj de arena, son entre otras las conversiones de esta ya imprescindible herramienta. A pesar de estos descarados errores, la práctica del “photocheo” es y continuará siendo un trámite obligatorio en portadas.
Querer llevar a la perfección a determinadas imágenes crea un afecto adverso, es un hecho, resulta bastante contraproducente, que el público (que no es tonto) y se percate de estas exageraciones con horror.
Lo cierto, es que la búsqueda continua de la perfección viene de muy lejos, existiendo otras formas de hacer photoshop, con el fin de no captar la realidad humana.
El célebre busto de Nefertiti, que retrata a la mujer del faraón egipcio Akenatón, conocida por su belleza, fue esculpido según los cánones estéticos de hace más de 3.300 años y no es fiel a la realidad. Ella fue la única Reina inmortalizada en templos y monumentos. Pero un análisis desveló que debajo del busto que todos conocemos había otro rostro delicadamente esculpido, con unos rasgos faciales más reales, obviamente se trataba del rostro original; la realidad enmascarada por una perfección irreal, una sutil metáfora.
Los griegos, por su parte, también se sumaron a esta tendencia que evitaba plasmar lo existente, (evidentemente no todos poseían esos palmitos musculados y perfectos, una pena…). Con ello, se conseguía mediante la escultura perdurar durante generaciones en tu familia con un aspecto no real, pero eso sí, inmejorable. Esta tendencia será emulada por los talleres neoáticos de la época de Augusto en Roma.
Los seguidores de la serie Los Tudor, pudieron contemplar el horror de Enrique VIII, cuando se contempló así mismo ante un retrato de Hans Holbein “El Joven” 1537, más realista que el que le ofrecía un espejo, y este hecho refleja una actitud generalizada que dominaba las tendencias artísticas. El arte al servicio de la perfección.
Sissi antes de los 30 años, claro! |
Saltando a los años 50, el cutis de Sissi durante su época de madurez, estaba muy deteriorado, motivo por el cual siempre llevaba velo. Las últimas fotos o cuadros que se hicieron de la emperatriz datan de cuando tenía 30 años. Tras cumplirlos se negó a posar más.
¿Excentricidad o sentido de la exigencia con uno mismo?
Quizás la belleza y el sentido de la perfección como apuntaba Platón, sea solo una idea.
que interesante este post! me ha gustado mucho :)
ResponderEliminarchicfashmod.blogspot.com
Gracias Aitana,
ResponderEliminarReflexiones que pasan por la cabeza! ;-)
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buenisimo!!!! me ha encantado.
ResponderEliminarMuy buen post
ResponderEliminarGracias Chicas! Así da gusto hacer cositas! ;-)
ResponderEliminarMe ha encantado tu post! Fantástico!
ResponderEliminarSabía que Sissí era muy autoexigente con su físico, pero no hasta ese punto. Y lo del photoshop, a veces resulta tragicómico.
ResponderEliminarBss.
http://melancora.blogspot.com