Un año más llegamos al
final del verano, me hago mayor y cada vez me cuesta más mantener el tipo, ni Dukan, ni Naturhouse, a mí se me resisten todas, no hay año que no llegue
tarde a la operación NI-NI, y luego todo son atiborres de crema anticelulítica,
que sí, que será un tópico, pero aquí estoy yo, dándome el potingue del tobillo
a la ingle y de la ingle al tobillo, con el frío que da y lo pegajosa que me
quedo… para que luego digan que no me sacrifico por este body.
Barbie Lagerfeld |
Y es que, ya lo dicen por ahí;
“hasta el 40 de mayo, no te quites el
sayo”, lo dicen por el frío, pero yo dada las dimensiones de mi muslamen no debería quitarme el sayo en
todo el año. El sayo, por no decir el neopreno, que es lo que me pongo los
primeros días de playa, hasta que cojo confianza y me creo la Gisele Bündchen de Chipiona, entonces, dejo de lado el neopreno para convertirlo
en un culote brasileño y mi ego se desborda en modo: Lagerfeld ON y me dan ganas de
hacer una versión Barbie de mi misma, (como ha hecho el coleta de la moda creando
su propia Barbie gótica).
Riccardo Tisci en su cumple gitano |
Pero el momento "hedonista", me dura justamente, el tiempo de encontrar en mi bolso el smartphone
y abrir una de las 2000 RRSS de las que soy seguidora, si, ¿qué pasa? lo admito, estoy muy
enganchada a Instagram, Twitter y todo lo que se precie. El día entero viendo fotos
de Riccardo Tisci con sus colegas en Ibiza, que chulazos por favor, esos no
son humanos; ni uno con lorza, ni estrías, ni celulitis, NADA. Por no tener, no
tenían ni resaca después de celebrar un cumpleaños gitano de casi un mes, eso sí
que es aguante y no lo de la Pantoja con los hijos. Lo dicho, no son humanos, tan morenos, tan brillantes y tan prietos… esos, esos son dioses griegos, ¡solo para adorarlos! Fíjate, que he
llegado a pensar que Tisci, realmente, los ha contratado en algún gimnasio de
la isla, porque no sé cómo se pueden tener tantos amigos perfectos juntos, o
sí, puede que Dios los crie y ellos se junten.
Anna dello Russo en Cisternino |
Y de Anna dello Russo, ¡¿Qué?!
¡¿No me decís nada?! Canija como ella sola, morena a morir, -(yo creo que por
las noches descansa en una cabina de bronceado, no como yo, que después de
horas y horas tirada al sol cual lagarta para obtener un tono digno de
abandonar las medias de compresión, es pasar Despeñaperros hacia arriba
y el morenito se me desintegra por segundos)- y que melena zamorana tiene Anna, eso sí, le
hace falta un lifting de rodillas como el comer, que tiene ahí pellejo como para
dos tambores, no se puede ser TAN perfecta. Y lo mejor, es que lleva de vacaciones
la tía desde 1996, en su villa de Cisternino, haciendo yoga en una piscina con iniciales en un oro cegador, si es que las hay con suerte.
Y lo peor del verano no
ha sido ver sus perfectos cuerpos, vacaciones de ensueño o fiestas infinitas,
no, sino sus vueltas al “trabajo”, que ni eso es trabajar ni es ná! Menos mal
que Chabelita se nos hace blogera de moda para darnos un mes de septiembre más
ameno y sin más, espero verla por Cibeles o la #MBFWM (que es lo mismo), porque
aunque muchos se resistan a dejarla contemplar sus desfiles de cerca, la niña resistirá,
y oiga si puede ser blogera la hija de mi portera,
¿Por qué minipantoja no?
¿Por qué minipantoja no?
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