París, Alta Locura

La semana se acaba y con ella los desfiles de Alta Costura de París, que han dado bastante de sí en todos los sentidos. Los expertos afirman que el lujo no sufre crisis y por ello, las pasarelas más importantes del mundo no se ven afectadas, claro está hablamos de crisis económica, porque algunas casas no levantan cabeza en lo que se refiere a crisis de estilo, de  jerarquías o mentes brillantes.

Rescatándo siluetas 60 años después

Con cuchillos desolladores en alza contemplamos el desfile de Dior, expectantes a ver si levanta vuelo o se hunden un poco más en el barro, nuestros ojos han contemplado en esta ocasión un show riguroso y correcto, indiscutiblemente Dior. Para ello se ha tirado de fondo de armario (y me refiero al armario de los patrones); siluetas New Look, cortes vaporosos de los años 50 y algún recuerdo a la magnífica colección Dior Couture S/S 2007 de Galliano, quizás lo echan de menos. No hubo mucha personalidad ni encanto, sin embargo, si hubo una interpretación de los códigos de la casa.

Dior Couture, Galliano 2007 y Dior S/S 2012 - Alta Costura

Donatella Versace,  llevó su mini colección de regreso a París, pero que si no hubiera vuelto no hubiera pasado nada, aquí hubo más pena que gloria. Colorida y brillante, añadió curvas metálicas y lentejuelas con pistola a presión. Esta exhibición rozó profundamente el mal gusto, al ver este desfile no sabes si estas en la semana de la moda de París o en la presentación del nuevo vestuario de la última gira de Jennifer López y sin excepción alguna dejo los mismos comentarios para colección de Armani Privé. Que prohíban la entrada a estas dos “casas” la próxima temporada por favor.

Versace y Armani Privé

Elie Saab y Valentino, hicieron lo que mejor saben  sin salirse del tiesto, proyectaron a una mujer romántica, clásica y discreta, contentando a su público habitual. Del mismo grupo pero desmarcándose en cortes y color Giambattista Valli nos trajo una exquisita colección, reflejando una opulencia austera aderezada con hortensias y pétalos en 3D.

Saab, Valentino y Valli



Con Jean Paul Gaultier, nos ha llegado el escándalo que salta de las pasarelas al papel couché. El diseñador rinde en su colección tributo a la fallecida Amy Winehouse, las modelos contonearon unos diseños bastante básicos caracterizadas con el genuino look de la artista. La muestra, ha resultado para algunos más que un homenaje una macabra subida al carro para crear más expectación, y esto último lo dice  la familia de Amy, que tiene la herida aun muy reciente y afirman que Gaultier podría haberle rendido tributo con una aportación (económica, eso sí), a la fundación que lleva el nombre de  la cantante. En resumidas cuentas, por ambos lados la cuestión es la pasta.





Las azafatas punk de Air Chanel, desfilaron por la recreación del pasillo de un avión. En esta ocasión Lagerfeld debía tener la mente en su colección low cost,  por que aquí se ha explotado los sesos bien poco; camelias, chaquetas de tweed, faldas lápiz, mangas abullonadas, looks de cocktail, vestidos de tul y pantalones de pinzas. La paleta de color reducida, llega arranca en el blanco y llega hasta el negro, o sea, lo de siempre con un ramarazo punk, (punk por los cardados de las modelos).

Chanel          y         Givenchy

Riccardo Tisci para Givenchy dividió los diez vestidos de su colección en tres partes; la primera, dedicada al cocodrilo, la segunda, al cristal y la tercera, a la dualidad del blanco y negro, (de esto podríamos obtener un cocodrilo de cristal blanco y negro). Me gustó infinitamente más el trabajo que realizó del año pasado y el rollo de presentarla en un gimnasio con una pelotita de baloncesto cerca de cada modelo… no lo veo.


Como veis la semana ha dado mucho de sí, un poco para todos los gustos, aunque yo personalmente y como siempre, esperaba algo más.


Lagerfeld Low Cost = Karl

A nadie que esté (medio) al tanto del mundo de la moda, se le escapa ni de refilón el ego desmedido que sufre la abuela del fashion business con o sin razón, si si, hablo de Lagerfeld. El director creativo de Chanel y Fendi, ama por encima de muchas cosas, vanagloriarse creando unos “mini-yo” o clones de él mismo, tanto para hombre como para mujer y esparcirlos por el mundo como si se tratara de la trama de una película de ciencia ficción.

Karl, ya tuvo sus coqueteos con el low cost allá por 2004 con el gigante sueco  y no hablo de Ikea, sino de H&M (se vé que en Suecia todo va a lo grande, ¡estoy deseando ir!). Pero en esta ocasión no se asocia con ninguna de estas marcas para su comercialización, sino con otra de venta online.




Como no podía ser de otra forma la colección recibe el nombre de “Karl” (y hablo de la marca, no de la abuela, que por cierto no se llama Karl sino Otto = nombre perruno). Se presentará el 25 de enero en París y que se pondrá a la venta el mismo día en Net-a-porter, (los precios oscilarán entre los 60 a los 300€). 

 En la primera toma de contacto Karli solo ha pensado en las mujeres, pero tranquilos chicos que si queréis llegar a convertiros en un clon de Lagerfeld la colección de hombre se lanzará para otoño/invierno de 2012, pero viendo las primeras fotos de lo que está por llegar no estaría de los nervios.




 

Si os describo la colección y cerráis los ojos, parece que os lo estoy describiendo a èl mismo, probad, probad: Predominan el blanco y negro, mitones, pantalones plateados, cazadoras de cuero, prendas con el perfil del diseñador estampado, (te llevas el retrato perruno incluído), cuellos camiseros de 9 dedos y sus características gafas oscuras. ¡¿Qué?! ¿Os lo decía o no?




En fin, la cosa es cuestión de gustos, pero yo tengo claro que me haré con uno de estos modelitos porque se acerca el Carnaval de Cádiz, y no encuentro mejor atuendo que este para una fashionista como yo.


Los Globos del Sueño


Lo sé, soy de las últimas en escribir sobre Los Globos de Oro, que bien podrían ser de latón, porque lo que se dice oro, oro brilló por su ausencia. No descubrimos nada aquellos que decimos que estos premios a día de hoy se han reducido a un alarde de poderío de las grandes firmas de moda cuando las actrices más populares publicitan sus diseños por la alfombra roja (acción que catapulta a algunas y entierra a otras).




 
En la mayoría de los casos,  ni siquiera nos enteramos quién obtuvo el galardón al mejor actor o mejor película extranjera, eso sí, todos estamos al tanto de qué modelito lució Angelina Jolie. Y nombro a la nueva futura mamá de los hijos perfectos porque un año más la corono como la más impecable, elegante y sofisticada de la noche. Para ello, se enfundó un vestido de seda en blanco y rojo drapeado en la cadera, de Atelier Versace, zapatos también de Versace (más bien feíllos), clutch de Louboutin y joyas de Lorraine Schwartz. Un auténtico despliegue de medios naturales, porque aquí no es todo arreglo, la señora de Pitt tiene mucha materia prima de donde tirar.


Nicole Kidman apareció con un vestido ajustado de color gris perla adornado con las mismas tachuelitas doradas de la colección de Versace para H&M, se ve que a Donatella le sobraron algunas y se las puso al vestido de Nico. No fue de lo peor que se vió pero ese modelito lo veo más siendo contoneado por las curvas de Beyocé.
Charlize Theron, no sorprendió nada, fiel a la firma que representa; Dior Alta Costura, se paseó con un diseño rosa palo, (la intención del vestido no era mala, el resultado: ”estilo Kennedy “  para pegarle un tiro, le quedaba peor que mal). Con los accesorios estuvo más fina; diadema vintage de Cartier.

Lo cierto es, que en general y tal y como me pasó el año pasado, después de esperar con toda mi paciencia (que no es poca), para ver algún modelito que se me escapara en las pasarelas y me sorprendiera gratamente, el fiasco sacudió mis retinas one more time.


No sé quién le recomendó a Madonna que llevara ese vestido/manta patchwork de retales de seda, con una talla menos de pecho y el guantecillo de mendiga algo añejo ya.

El estampado del vestido de Sarah Michelle Gellar, quiero pensar que fue un accidente de tintorería que no pudo solucionarse, que el desteñido este, pasa desapercibido en los pareos que venden en las playas de Caños de Meca, pero Sara hija aquí, NO.

La ovación al vestido de la novia del guapo George Clooney,  Stacy Keibler, no sé a qué viene, mi prima llevaba uno igual en la boda de mi hermana y nadie le dijo “guapa”, de regular para atrás.

El disfraz de campanilla de Missi Pyle, no sé de dónde lo sacó y lo cierto es… que tampoco quiero saberlo, no quiero llevarme más impactos oculares que a este paso me quedo ciega y no puedo seguir escribiendo en el Blog. 


Que aburrimiento de gala, por Dior! Bien podrían haberlos llamado Los Globos del Sueño.


Los amazonas no vienen de París



Igual que un buen día me enteré que los niños no vienen de París,  antes que finalizar el año me confirmaron que “los Loewes” no vienen de Ubrique (como muchos creíamos). Hace algo menos de un mes realicé una pequeña excursión al pueblo de “La Piel” por excelencia, evidentemente, no fui hasta allí para visitar la finca de ningún torero ni a la presentación de una nueva firma de lujo, sino para ver y conocer de cerca el proceso de elaboración de artículos de piel, bolsos concretamente.




 A estas fábricas, llegan pieles de todo tipo ya teñidas, y cuando digo de todo tipo, quiero decir; piel de patas de gallos, sapos, anguila (el tacto muy parecido a la napa), avestruz, cocodrilo (18€ el 1cm)… y por supuesto de vacuno.



Las paredes están forradas por multitud de patrones de todo tipo y formas, (algunos exclusivos para determinados clientes, otros producción propia), estos patrones se llevan al metal mediante los troqueles para realizar los cortes sobre la piel, láminas que más tarde unirán cuidadosas manos, formando nuestros preciados bolsos.


 En la misma fábrica se quejaban de la falta de relevo generacional, ya que las nuevas generaciones se decantan por otras profesiones, pero lo cierto es que tampoco veo intención alguna por cambiar esta situación, es decir, los estudios de moda están en alza y en ellos, se suele incluir el patronaje en piel (como asignatura), quizás uniendo ambas fuentes podría sacarse adelante algunas propuesta acertada, pero en estas cuestiones además de proponer se necesita querer.

Esto era un sapo (ya algo tratado) y la piel de una pata de gallo

 Propuestas a parte, otro de los problemas que planteaban es la huida de las grandes marcas a “gigante asiático”, y es comentaban, que a pesar de lo que se dijo y se sigue diciendo, grandes firmas como Loewe o Carolina Herrera realizan sus grandes producciones en China, sucumbiendo a lo rápido y barato. Tiene gracia que las marcas inglesas más elitistas acudan a España por su tradición en calidad en el tratamiento de la piel como ya vimos AQUÍ y que las poquísimas marcas de lujo que tenemos en el país se marchen a Oriente.

Pedro del Hierro y Pertegaz continúan trabajando en Ubrique

 Uno de los empleados (que tuvo la amabilidad de enseñarme los entresijos de la fábrica), recordaba: “hace ocho años Loewe tuvo el primer contacto con  China. Se hizo una partida pequeña, de unos mil bolsos a bajo precio, que quedaron horriblemente mal acabados y se trajeron a Ubrique para ser arreglados”. Parece que para dar trabajo se van a China y para resolver las incompetencias se vuelve a casa, como el turrón, “the master of leather” parece dejar de lado a los “masters” por los chinos para embolsarse más pasta of course, porque el “amazonas”, lo que se dice bajar de precio… no baja.

Dame unos pantalones y moveré el mundo


Desde hace varias temporadas los pantalones de corte bombacho, balineses o anudados al tobillo están en todas nuestras tiendas más comerciales. Esta tendencia de corte oriental aportan un toque exótico, eso sí, la introducción de este prenda en el vestuario femenino no fue nada fácil.

 
Amelia Bloomer, fue una esas excepciones que confirman la regla durante el siglo XIX. Nació en New York, en Mayo de 1818. Provenía de una familia de escasos recursos, por lo que recibió sólo unos años de escolaridad, que de mucho le valieron a su desarrollada inteligencia. A los 22 años, se casó con el abogado Dexter Bloomer que la animó a escribir para su periódico; Falls Courier .



 
En enero de 1849, alentada por líderes de los derechos de las mujeres, Amelia publicó la primera edición de su propio periódico,  El Lirio, dedicada exclusivamente a temas de la mujer; como el sufragio, la educación y la moda. Viajaba constantemente para ofrecer conferencias sobre mundo femenino y para ello adoptó una indumentaria acorde con su actividad e ideales; pantalones sueltos recogidos en los tobillos,  Oriente Medio y Asia Central, coronados por un vestido corto o falda y chaleco. 



 
Amelia, adoptó como suyo propio este atuendo, que promovió con entusiasmo en su revista, llegando a multitud de mujeres. Supuso una valiente lucha, siendo objeto de burla en la prensa, acoso en la calle y signo de indecencia moral. Sin embargo, defendió de forma tan concienzuda sus  pantalones que a pesar de no ser la primera en llevarlos, este estilo de pantalón adoptó su apellido: "bloomers". La tendencia murió temporalmente, regresando algo más tarde de una forma diferente -como traje femenino de atletismo en la década de 1890 a 1900-. 

 
Desde  mediados de la época victoriana, se gestó una reforma del rígido vestuario impuesto hacia uno menos racional, sin exponer a la usuaria al ridículo social. 


 
Estas Reformadoras del vestir, no solo promovieron el pantalón, sino la emancipación de la cintura abandonando el corsé, (de esto ya hablamos en su día AQUÍ), escribieron artículos condenando la vanidad y la frivolidad de las mujeres que  sacrifican su salud por el bien de la moda. Mientras que la práctica del corsetting fue asumida como necesaria para la belleza y la elegancia de la vertical de una postura” militar” que suponía el concepto de elegancia. 

 
La “Asociación de Ciclistas Femenina”, también defendieron el derecho de las mujeres a vestirse adecuadamente para ir en bici, lo que les ofreció una oportunidad de escapar de las restrictivas normas sociales. También la Hermandad Prerrafaelita se opuso a la elaborada moda victoriana, apostando por una silueta natural basada en modelos de estilo renacentista/romántico medieval; como amplias mangas, faldas extra largas con caída natural, tejidos de colores suaves adornados con bordados.



Toda una carrera de fondo hacia la libertad de vestuario, para la que hacían falta unos cómodos pantalones.